lunes, 30 de noviembre de 2009

Gastronomia


La cocina tabasqueña se caracteriza por la utilización de ingredientes y especies propios del estado y que son difíciles de encontrar en las mesas de otros estados del país, incluso en las regiones colindantes. En el acervo culinario tabasqueño destacan recetas como las de tortuga en sangre, tortuga en verde, iguana al chirmol, pejelagarto asado, tamales de chipilín y la bebida popular más conocida: el pozol, hecho a base de masa de maíz y cacao; el cual es, a pesar de ser una bebida, la base de la alimentación de los tabasqueños. Pozol con cacao o "chorote", pozol blanco, osea sin cacao, se puede beber fresco "recien molido" o agrio (dejar la mezcla de cacao y masa unos 8 días para que se fermente), esta bebida es la que caracteriza a los tabasqueños.
Al
emblemático pejelagarto se le unen otras especies locales, como la hicotea y el pochitoque, ambas tortugas; el armadillo y la iguana; cada uno de los cuales sirve para preparar un platillo típico. Del mismo modo, se añaden al maíz, frijol y cacao, omnipresentes en la gastronomía mexicana, ingredientes como el chipilín (una hoja que se utiliza en la preparación de tamales), el achiote (una pasta roja que sirve como colorante) y una gran variedad de chiles y frutas en general. Los platillos de las zonas costeras presentan también gran variedad de pescados y mariscos, como el robalo, el huachinango, la mojarra, la jaiba, el ostión y el camarón.
Entre las influencias externas que ha recibido la cocina tabasqueña, se enlistan las de los estados vecinos
Campeche, Veracruz y Chiapas, así como la cocina yucateca, que ha introducido platos como la cochinita pibil, los panuchos y los salbutes y condimentos como el achiote y el chirmol. De Campeche provienen varios guisados de mariscos, como las empanadas de jaiba y de cazón; de Chiapas pueden distinguirse varios tipos de tamales y Veracruz ha aportado un gran número de recetas de pescado.

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